"No existe ninguna fórmula ni método secreto. Se aprende a base de amar: prestando atención, y haciendo lo que se descubre que hay que hacer"
Aldous Huxley

domingo, 20 de noviembre de 2011

La Iniciación de Tara Roja


El budismo tibetano desde hace años ha sido como regresar a mi hogar, y no hablo de “tibetanizarse”, adquirir las costumbres o la vestimenta tibetana, sino de la particular forma de budismo practicada en Tibet.


El Vajrayana, o budismo tántrico, tan complejo como nuestra propia mente, con tantos niveles de práctica y de comprensión, requiere maestros cualificados.

Y cuando estás frente a alguien así, y comprobás la claridad de las instrucciones y la capacidad de transmisión del Dharma, es impresionante, este es el caso de Lama Tsering Everest o de Lama Sherab a quien conocí en otra oportunidad, las dos, mujeres y occidentales, una traductora de Chagdud Rinpoché al inglés en EEUU y la otra al portugués durante sus años de residencia en Brasil.


Una Iniciación o transmisión de poder es una especial ceremonia donde el lama, detentor del linaje de determinada deidad tántrica, o sea el continuador de una práctica que se viene enseñando de maestro a discípulo desde hace siglos, transfiere la posibilidad de acceder a niveles más profundos de la meditación en una deidad, en este caso Tara roja, es como la puerta de entrada al mandala o espacio puro de esa deidad.


En el budismo tibetano las formas luminosas, bellas y traslúcidas que visualizamos y en quienes nos enfocamos no son dioses mitológicos sino que, como dice lama Yeshe son arquetipos de nuestra naturaleza más profunda, representan cualidades esenciales de la Mente Iluminada.

Nos identificamos con esa imagen para hacer aflorar los aspectos más profundos de nuestro ser y traerlos a la realidad presente. Es lo que se llama en budismo un medio hábil, un método de trabajo interno, Tara es un espejo que utilizamos para luego disolver, sin aferrarnos a ninguna forma.

Surgimos como una deidad para atraer esas cualidades en esta realidad relativa o aparente, en este sueño en el que vivimos, hasta que ya no lo necesitemos y podamos directamente experimentar la Realidad última.


Como dice una parte de la sadhana de Tara Roja; “sin recurrir al poder del magnetismo, cómo sería posible ayudar a los otros”, la identificación con los aspectos cotidianos y poco fiables de la mente, es lo más fácil, lo que vemos constantemente, se requiere algo más que voluntad, para transformar nuestra mente y este entrenamiento que propone el budismo es de los más integrales que conozco.

Está en nosotros conocerlo, experimentarlo y comprobarlo.