"No existe ninguna fórmula ni método secreto. Se aprende a base de amar: prestando atención, y haciendo lo que se descubre que hay que hacer"
Aldous Huxley

martes, 29 de septiembre de 2009

Del sacrificio a la sanación del Alma



“Al llegar a la mitad del viaje de la vida. Me desvié del camino recto, y desperté solo, en el oscuro bosque”

Dante.



El colgado simboliza todas las crisis que tienen como objetivo forzarnos a cambiar nuestro rumbo. Tenemos ante nosotros la posibilidad de quedar suspendidos indefinidamente, hasta que la vida se tome la libertad de decidir por nosotros o elegir conscientemente, sacrificio mediante, una nueva dirección.

Podemos seguir defendiendo, protegiendo y prolongando nuestros hábitos nocivos, nuestras posturas ante las cosas cotidianas, o abandonarlas en pos de algo superior.

Sentir la soledad y el aislamiento, el desamparo de la oposición al punto de vista familiar y colectivo, es una prueba para todos. A quién le gusta que le quiten el suelo bajo los pies?. Nos sentimos humillados. Hace poco soñaba que una señora me miraba y decía:_Es rara_ y lo repetía como con temor y algo de desprecio.

Pero basta ver la expresión gozosa del personaje y su serenidad para confiar en que vale la pena el reto. Está sembrado en la tierra y por lo tanto con paciencia dará frutos. Y nos conviene entrar en la experiencia del ahorcado sintiéndola en cuerpo y alma. Porque es a través de esta aceptación consciente que paradójicamente nos liberamos de la prueba.

Porque en ese momento la trascendemos.

Si podemos aceptar esta experiencia y “encomendar nuestro espíritu” a un poder superior al ego, podemos entonces entrar en una nueva vida, con un espíritu nuevo, como dice Jesús “vasijas nuevas para vino nuevo”.

Queda por ver si seguiremos esa llamada del Yo, que desea guiar a nuestro ego hasta la totalidad, hasta lo más elevado, donde se unen todas las cosas u optaremos por seguir colgados de nuestras pequeñeces.

Es esta la Iniciación a la que nos introduce El Colgado, pero una vez asumido el compromiso, una vez muertos a lo “viejo” en nosotros, una vez que La Muerte (siguiente arcano) ha disuelto las fronteras creadas por el ego, todavía queda un largo camino por recorrer y es preciso guía sabia y poderosa acorde con la tarea…





“Cada brizna de hierba tiene su Angel que se inclina sobre ella y le susurra: crece,crece”

Talmud.


La guía de almas que la Carta La Templanza personifica en un ángel, representa el conocimiento infalible del camino correcto. Y son las energías vitales que potencian y equilibran nuestro viaje interior las que trasvasa el ángel.

No se presenta ante nosotros con gran estruendo sino que tenemos la sensación de que siempre estuvo allí junto a nosotros absorto en su tarea. Esperando que lo llamemos.

Y es en este momento de comienzo, de sentimientos encontrados e ideas conflictivas, de falta de suelo bajo nuestros pies y, por lo tanto de entrega, que se hace presente como un centro de oculto silencio.

La Templanza establece un nuevo contacto con el mundo sagrado del Colgado y este ritual de trasvase no es para nada algo abstracto sino que representa una ayuda vital tanto para la realidad exterior como interior.

Ayuda a reconciliar lo consciente y lo inconsciente, lo externo y lo interno y es esta integración la que tiene que ser hecha con equilibrio, temple y moderación.


Tiene dos vasijas que tienen poderes mágicos para, reunir, contener, preservar y sanar y está a nuestro lado recordándonos constantemente que nuestros planes no están totalmente bajo el control de nuestra conciencia.


Es necesario apelar a lo sagrado en nosotros, a ese conocimiento interior que es certero y que a veces, en distintas situaciones encuentra el centro y la mezcla correcta, como un alquimista hábil y diestro en el arte de vivir y convivir.


sábado, 26 de septiembre de 2009

"Conocimos al enemigo...y es nosotros"


El mirar a nuestro mundo en este mismo momento provoca una sensación de oscuro presagio. La población del mundo está creciendo en forma tremenda, amenazando al medio ambiente en cada hábitat y aún en su más básica capacidad para sustentar la vida. Nuestras mentes únicas han liberado tecnologías de inmenso poder, mientras que nuestra madurez emocional, psicológica y espiritual no ha desarrollado de la misma forma la capacidad para utilizar estos poderes sabiamente. El desafío personal para cada uno de nosotros, dada la inmensidad del problema, es cómo responder. Estamos parados frente al umbral de un gran despertar, pero no sabemos muy bien qué es lo que se nos está pidiendo.


Lo que distingue nuestro breve momento individual sobre la Tierra es que no nos escondamos detrás de una ilusión, que elijamos despertarnos en lugar de esperar que nuestro amante, nuestras posesiones, o nuestro Dios nos salve y nos realice.



La respuesta a como somos tan fácilmente desprovistos de nuestra humanidad es trágicamente simple; apenas si la conocemos. Las respuestas usuales ante la inhumanidad de la humanidad : una crianza pobre, miseria, víctima de abusos en la niñez, falta de educación, injusticia social, etc., contribuyen sin duda, sin embargo mucha gente se eleva por encima de estas circunstancias. Estos son síntomas.

Es una cuestión de qué es lo que están realmente escuchando nuestros corazones, de cómo sentimos nuestros cuerpos, de cómo percibimos a los otros, de a qué investimos con significado y a que le adjudicamos valor.

El efecto acumulativo de cómo invertimos nuestra atención determina si echamos raíces profundamente en la roca de nuestra esencia desde la cual podemos ser doblados pero no desenraizados, o si nuestras raíces están fundadas en ideas o creencias de la cual podemos ser desenganchados fácilmente por las tormentas de los fieros desafíos de la vida. Esta es la esencia de la lucha espiritual dentro de nuestras almas.


Si pasivamente, continuamos siendo seducidos por la excitación sin fin de la vida moderna, nunca nos encontraremos con nuestra riqueza interior, nunca tendremos lo suficiente, nunca nos sentiremos realizados. La mediocridad espiritual crea la decadencia social y el colapso.

Existe una gran esperanza para todos nosotros en el proceso de la auto-curación espontánea, de la evolución espontánea hacia un nuevo nivel de conciencia. El problema es que no puede llevarse a cabo simplemente a través de nuestro intelecto o motivarse por nuestra voluntad personal. Lo más que nuestras metodologías pueden hacer es preparar el terreno par nuestra receptividad a una inteligencia más profunda.


Existe una alquimia misteriosa, una cualidad de gracia, de lo imprevisible, con esta clase de cambio que no se inclina ante la urgencia, rara vez emerge de acciones que nacen del miedo; crece desde nuestra quietud interior.

La profunda sanación que estamos buscando es fundamentalmente un proceso espiritual, y en territorio espiritual somos los discípulos no los maestros. Sobre todo estamos en el dominio de la fe, una relación completamente nueva con nuestra total experiencia de ser.


Richard Moss



martes, 8 de septiembre de 2009

3 mujeres, 3 sensibilidades









Cuando la cantante mexicana Julieta Venegas iba a realizar su buenísimo MTV acústico invitó para cantar dos de sus temas a dos artistas totalmente distintas: la española “La Mala” Rodriguez y la brasilera Marisa Monte.








Con "La Mala" tuvo ciertas dificultades, desencuentros por horarios, malhumores, y
falta de entendimiento de lo que ella le sugería para el tema, en fin, fue complicado.


Con Marisa Monte fue todo lo contrario Julieta contaba lo nerviosa que estaba cuando la iba a llamar por teléfono para invitarla, porque la admira mucho.
Y con que naturalidad Marisa aceptó el ofrecimiento y sin ningún problema al poco tiempo estaba allí, frente a ella ensayando la canción.
Esa misma fluidez y naturalidad transmite en el video de Tribalistas junto a Carlinhos Brown y Arnaldo Antúnez donde hace excelentes arreglos en los temas y todo se da tranquilamente como si jugaran.
Excelente cantante como muchas brasileras y con ese mismo don de fluir que admiro y aprecio en Caetano Veloso, que tanto disfrute y bienestar producen en uno.


En mi opinión, muy subjetiva obviamente, creo que cuando entregás algo tan bueno, no necesitás “divismo”, o complicar al otro. Estás más dispuesto a colaborar y alentar la creatividad del otro artista o compositor como en este caso de Julieta Venegas.


Y eso aunque no hablen de espiritualidad explícitamente en sus canciones, y más allá de sus personalidades denota naturalmente una presencia de Espíritu noble y bella que se transmite a través de su música, y que sencillamente, hace bien.



lunes, 7 de septiembre de 2009

El misterio de "La Presencia"


“Hay un momento hermoso y desconcertante entre el sueño y el despertar. Recién emergemos del sueño, y durante unos segundos no sabemos dónde estamos, quiénes somos ni qué somos. Estamos perdidos entre dos mundos. Entonces, la mente se acomoda, reconoce la habitación y volvemos a ocupar un lugar en la vida. Y nos damos cuenta de que tanto nosotros como el mundo hemos sobrevivido al cruce desde la noche hasta la realidad. Es un nuevo día, y el mundo vuelve a estar presente, como siempre, ofreciéndose a nuestros anhelos e imaginación, extendiéndose más allá de la habitación hasta las montañas, los mares y los rostros detrás de los cuales se ocultan otras vidas. Confiamos en nuestro mundo totalmente. Sólo cuando experimentamos la momentánea perturbación de estar perdidos en esa instancia, comprendemos que es sorprendente estar aquí y tener la salvaje compañía del mundo. Esas perturbaciones nos despiertan al misterio de eso que llamamos “presencia”. Con frecuencia, la primera aparición ante quién será nuestro amado o ante una gran obra de arte produce un desconcierto similar.”






“La presencia tiene una profundidad que vive detrás de la forma o bajo la superficie. Existe un manantial de presencia en el interior de todas las cosas pero, por lo general, está oculto el ojo humano. Este llega a la superficie en diferentes etapas. Nunca hay dos fases de presencia exactamente iguales. El flujo del alma interior significa que la superficie siempre es diferente. Cuando conocemos bien un lugar podemos percibir ese hecho. El matiz fluido de la luz altera la presencia del paisaje de manera constante. A medida que la corriente de sentimiento y pensamiento fluye a través de nosotros, así también altera nuestra presencia.”




Que te despiertes al misterio de estar aquí y que ingreses en la quieta inmensidad de tu presencia.

Que tengas alegría y paz en el templo de tus sentidos.

Que recibas con gran coraje cuando te llamen nuevas fronteras.

Que respondas al llamado de tu don y encuentres la valentía para seguir su camino.

Que la llama de la ira te libere de la falsedad.

Que el calor de tu corazón mantenga viva tu presencia y que la ansiedad nunca te ronde.

Que tu dignidad exterior refleje la dignidad interior de tu alma.

Que te tomes tiempo para celebrar los silenciosos milagros que no requieren atención.

Que encuentres consuelo en la secreta simetría de tu alma.

Que experimentes cada día como un regalo sagrado tejido alrededor del corazón del asombro.


Jhon O Donohue.



Gracias Roman por las fotos

jueves, 3 de septiembre de 2009

Krishnamurti


Hace más de veinte años que conozco al sabio indio Jidhu Krishnamurti (1895-1986) y si bien ha habido largos períodos en que he dejado de leerlo su tremenda lucidez sin adorno alguno, desnuda y brutal muchas veces, tiene el poder de la renovación total.
Transmite de manera conmovedora toda una vida de libertad interna. Más allá de las épocas y las modas, los gustos y disgustos personales, sin ansias ni temores, su palabra llega a nosotros
con una fuerza arrolladora como una destructora bendición.

En junio de 1961 Krishnamurti comenzó a llevar un registro diario de sus percepciones y estados de conciencia, prosiguió con sus anotaciones a lo largo de siete meses. Comienzan y terminan abruptamente. Nunca llevó un diario así antes y nunca más, fiel a sí mismo, volvió a realizarlo. En esas páginas se encuentra la esencia de su enseñanza, siempre nueva pero sin embargo inmutable, surgiendo de su fuente natural.


“En medio de la luz crepuscular y de los cerros que se tornaban más azules y del rojo cada vez más vivo de la tierra, “lo otro” advino silenciosamente acompañado de una bendición. Ello es maravillosamente nuevo cada vez, y sin embargo es lo mismo. Era inmenso en su fuerza, la fuerza de la destrucción y la vulnerabilidad. Llegó con tanta plenitud, y en un instante había desaparecido; fue un instante más allá de todo tiempo. El día había sido agotador pero el cerebro se hallaba extrañamente alerta, viendo sin el observador; viendo no con la experiencia sino desde el vacío”.

“Sólo al despertar temprano en la mañana siguiente uno tuvo conciencia del previo esplendor de ese atardecer y del amor que pasó junto a uno. La conciencia no puede contener la inmensidad de la inocencia; puede recibirla, pero no perseguirla ni cultivarla. La conciencia toda debe estar quieta, sin desear, sin buscar y sin perseguir en modo alguno. Sólo cuando hay quietud en la totalidad de la conciencia, puede surgir eso que no tiene principio ni fin”.

“La virtud, pues, no consiste en el hábito mejor, en la mejor conducta; la virtud carece de patrón, no está limitada; no tiene sello de respetabilidad; no es un ideal que pueda ser perseguido, materializado por el tiempo. La virtud es, por eso, algo peligroso para la sociedad, no una cosa dócil y sumisa. Amar implica, pues, destrucción, una revolución no económica o social, sino una revolución de la totalidad de la conciencia.”


Ultima caminata, playa Adyar, Madrás.
10 de enero de 1986.