"No existe ninguna fórmula ni método secreto. Se aprende a base de amar: prestando atención, y haciendo lo que se descubre que hay que hacer"
Aldous Huxley

miércoles, 31 de marzo de 2010

Detrás de la oscuridad, un sutil halo de luz



“Las estaciones de la Cruz son sitios conmovedores del padecimiento de Cristo. Son una serie de íconos que muestran como el dolor se concentra en la vida humana. La cruz constituye un eje único en el tiempo. Es donde el tiempo y la eternidad se cruzan.

Todo el dolor pasado, presente y futuro fue transportado físicamente en esa cruz hacia la Colina del Calvario. Esa oscuridad es llevada colina arriba para poder enfrentar el nuevo amanecer de la resurrección y transfigurarse. En esencia, la cruz y la resurrección son una sola cosa. Una no es posterior a la otra. La resurrección es la luz interior oculta en el corazón de la oscuridad en la cruz.

En la mañana de Pascua, esa luz explota al mundo: es el misterio de la Eucaristía. La Eucaristía es un sitio fascinante: abarca el Calvario y la Resurrección en un solo círculo.
Usando palabras cristianas, no existe el camino hacia la luz y la gloria excepto a través del suelo áspero bajo el peso de la cruz.
La cruz es un símbolo desamparado y solitario.
El Viernes Santo es siempre profundamente solitario. Ese día tiene cierta sensación tenebrosa e inquietante. En Viernes Santo, el dolor del mundo regresa a la cruz, a la nueva espera de la transfiguración.

La cruz es un símbolo antiguo. En este sentido, la cruz no es un objeto externo situado en una colina lejana en Jerusalén. Más bien, la forma de la cruz habita el interior del corazón humano. Todo corazón tiene una forma cruciforme. Cuando observamos los diferentes conflictos en nuestras vidas, descubrimos que están situados donde las contradicciones se cruzan. En el núcleo de la contradicción tenemos el centro de la cruz, el clavo doloroso donde dos realidades íntimas pero conflictivas se cruzan. La cruz de pie abraza todas las direcciones. El madero vertical se extiende desde la profundidad más baja del barro hasta el zenit más alto de la divinidad. El madero horizontal se extiende por lo ancho del mundo.

Detrás de la oscuridad del sufrimiento muchas veces se manifiesta un sutil brillo. Las marcas y heridas que nos deja el sufrimiento son, en última instancia, lugares de belleza. Es la belleza profunda del alma, donde la limitación y el daño, en lugar de terminar siendo fuerzas que paralizan, se revelan como transfiguración.”
John O Donohue

6 comentarios:

  1. Muy lúcida descripción de la simbología de la crucificción del Cristo.
    Gracias por mostrarla.
    Un abrazo desde el corazón, Sina

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  2. Hola querida Mónica!

    El momento de la crucifixión vendría a ser "la noche oscura del alma", el momento más oscuro antes del amanecer.

    Me quedo entonces con ese brillo, esa esperanza de transmutar la oscuridad, aceptándola primero.

    Te agradezco la explicación que publicas, y recibe un abrazo muy grande, amiga.

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  3. El corazón humano es cruciforme. Bello y lleno de sentido. Gracias.

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  4. Un abrazo de primavera y Resurección.

    Bello y profundo post querida amiga.

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  5. Resucitamos cuando abrazamos la Cruz. Es el poder de la rendición, el resurgir de las cenizas... ¿qué podemos temer?

    Hermoso post.

    Un abrazo.

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  6. Qué bueno este texto Mónica, gracias por ponerlo al alcance de nuestras manos, "el corazón humano es cruciforme" tiene razón, no lo había pensado...

    Muy muy bueno!
    Besos.

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