"No existe ninguna fórmula ni método secreto. Se aprende a base de amar: prestando atención, y haciendo lo que se descubre que hay que hacer"
Aldous Huxley

sábado, 23 de octubre de 2010

Se fue "El Sabalero"


José Carbajal “El Sabalero” era uno de esos cantantes tan nuestros que aunque no fueras a verlo o compraras sus discos, forman parte de vos. Toda la vida escuchaste sus canciones, pocas pero buenas, son como la música de fondo de tu país.

Sabés que anda por ahí, lo das por sentado y cuando una mañana te enterás que murió, no lo podés creer.

Y te das cuenta porqué algunas personas cobran otra dimensión después de morir. Empezás a valorar su obra de otra manera, más allá de la gran persona que todos dicen que fue y un gran contador de historias, lo veías aprontarse y ya se estaba riendo, mientras contaba y era maravilloso, muy disfrutable.

Pero empezás a rememorar las canciones desde las compuestas antes de los veinte años como “Chiquillada” hasta “La muerte” que es impresionante (la pueden leer y escuchar en http://usaelreflejo.blogspot.com/2010/10/la-vivio-lindo.html ), y hay tanta poesia.

Aquí cuenta un poco de sus primeros años de vida hasta que entró a trabajar a la fábrica textil donde permaneció seis años antes de venirse para Montevideo y dedicarse por entero a la música, torciendo el destino que como dice él podía haber sido el suyo, como el de tantos muchachos de su pequeña ciudad del interior.


“Nací el día de las playas del 43' en Juan Lacaze o Puerto Sauce, un lugar precioso sobre el Río de la Plata, ahí en el Departamento de Colonia. Cuando era chiquilín, había dos fábricas que regulaban la economía de toda la población. La textil con unos 1.800 obreros y la papelera con unos seiscientos.

Eran los años de la posguerra y mucha gente del campo y de los pueblos vecinos y no tan cercanos, llegaba en busca de trabajo como lo habían hecho mis padres en el 40 y esa gente se iba estableciendo en los alrededores creando barrios nuevos. Así fue creciendo el paisaje de casitas con terreno y el pueblo se extendió a lo largo de la costa.

Las chimeneas altísimas se levantaban por sobre las aguas amarronadas del Plata, por sobre las interminables dunas donde los pescadores tenían sus chozas, sus perros, sus redes tendidas al sol y sus botes a pocos metros de las gaviotas y los caraos. Y pasando los médanos, un poquito más allá, en los barrios verdes de plátanos y paraísos, el viento secaba mamelucos y guardapolvos recién lavados.

Fuimos creciendo en la libertad de las lagunas rebozantes de palometas, juncales y pájaros con todos los colores y con todas las melodías. En la pesca del sábalo a la orilla del enorme río, dura pero divertida. Con las chimeneas delante de los ojos, que esperaban nuestros catorce años para abrir el portonazo de hierro y tragarnos para siempre... y ese sería nuestro destino en el mejor de los casos.”

Quién no corrió de chico detrás de un “panadero” (diente de León), aquí era tan común, muchas cosas que cantaba el Sabalero ya se perdieron, quedan en sus canciones para volver a vivirlas.



3 comentarios:

  1. Muy buena la entrada, siempre recordaremos al "Sabalero" y su música seguirá en el corazón de todos los Uruguayos...
    Un saludo
    Gianni

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  2. Hola Gianni, tanto tiempo!!Gracias por tu comentario.
    Un abrazo.
    Mónica.

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  3. Yo todavía persigo panaderos :)

    Me gustó escuchar esta canción quer no conocía!

    Besos.

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