"No existe ninguna fórmula ni método secreto. Se aprende a base de amar: prestando atención, y haciendo lo que se descubre que hay que hacer"
Aldous Huxley

sábado, 5 de diciembre de 2009

La bondad no tiene prensa



Extraído de “El poder de la bondad” de Piero Ferruccci.

“¿Bondad?. Quizás nos parezca absurdo plantearnos siquiera este tema. Nuestro mundo está lleno de violencia, guerras, terrorismo y desvastación. Pero la vida continúa porque nos comportamos con bondad unos con otros. Pero no nos ufanamos de ello. Ningún periódico publicará mañana la noticia de una madre que le leyò a su hijo un cuento para que se durmiera, o de un padre que le preparó el desayuno a su hija, o de alguien que nos ha escuchado con atención, de un amigo que nos ha animado, de un extraño que nos ha ayudado a acarrear la maleta. Pero si nos detenemos a reflexionar en ello, hallamos bondad en nuestra andadura cotidiana.”


“La bondad está ligada a lo más tierno e íntimo que llevamos en nuestro interior. Es un aspecto de nuestra naturaleza que con frecuencia no expresamos plenamente, porque tememos que si revelamos esta faceta vulnerable de nuestro ser nos pueden hacer sufrir, ofender, ridiculizar o manipularnos. Pero en realidad comprobamos que cuando no la expresamos es cuando sufrimos. Y que al tocar ese núcleo de ternura, nuestro mundo afectivo se enriquece y estamos abiertos a innumerables posibilidades de cambio.
Esta tarea no siempre es sencilla. Con frecuencia la cultura en la que vivimos nos coarta. Esto se debe a que todos nos hallamos inmersos en un “enfriamiento global”. Las relaciones humanas se han vuelto más frías. Las comunicaciones son más apresuradas e impersonales, Los valores como la rentabilidad y la eficacia han asumido una mayor importancia, a costa del auténtico calor y la presencia humana. Los afectos familiares y los lazos de amistad se resienten y son menos duraderos. Los signos proliferan, y son especialmente visibles cuando nos afectan de forma personal, en las pequeñas catástrofes de la vida cotidiana.”


Dos ejemplos bien distintos:

“Cada noche Dorothea, oye a la niña pequeña de sus vecinos llorar en el apartamento contiguo al suyo. Los padres la acuestan sola en la oscuridad, La niña llora largo rato, mientras los padres miran la televisión. Su llanto desesperado expresa angustia, soledad. ¿Qué debería hacer? No está segura. Si habla con los padres quizás empeore la situación. Por fin decide cantar. Al igual que ella la niña puede oírla. Cada noche, Dorotha le canta unas dulces nanas, le habla a través de los delgados tabiques, la tranquiliza, la consuela. La pequeña escucha la voz invisible pero amiga, deja de llorar y se duerme plácidamente. El calor de la voz de la extraña la ha salvado de su gélida soledad”.

“Al igual que el calor pone de realce nuestra personalidad y hace que nos sintamos especiales e indispensables, la frialdad puede convertirnos en unas sombras sin nombre. En cierta ocasión tuve que ir al dermatólogo. No vi sólo a un médico sino a un equipo de especialistas. Uno de ellos, una mujer, me examinó el pie durante largo rato con una lupa, sin decir una palabra. Al término de la consulta, cuando me disponía a marcharme, y después que la doctora terminara de escribir sus notas, alzó la cabeza y al verme allí exclamó sobresaltada: “¿Quién es usted? ¿Qué hace aquí?.
No se había percatado que yo era el dueño del pie que había estado examinando. Para la doctora yo era simplemente una imagen que debía ser analizada con lupa. En ese momento me vio por primera vez como una persona en su totalidad, pero para ella tenía más sentido cuando era sólo un pie sin un nombre y una voz. Eso es el anonimato”.

“El calor deja de ser un hecho biológico para convertirse en una metáfora. Es una cualidad que vemos en los ojos de una persona, que oímos en su voz, que intuimos por la forma en que nos saluda. Esta cualidad física y otrora inmediata _ cuando nos sostenían en brazos y nos alimentaban_ se ha convertido ahora en algo más infrecuente, aunque no menos real y deseado que se halla en la base misma de la bondad.”


Por último quería dedicar este post a la entrañable Mercedes Sosa una de las personas cuya generosidad y bondad intrínseca se manifestaba en todo su esplendor, solo con mirarla.



(Piero Ferrucci es psicoterapeuta, antiguo estudiante y colaborador de Roberto Assagioli, el fundador de la teoría de la Psicosíntesis.)

11 comentarios:

  1. La bondad es un gran don que puede desarrollar el ser humano pero que escudándose en su naturaleza animal prefiere obviar. Si todos pensáramos en el otro como en uno mismo sería la utopía ideal, si la mayoría lo intentáramos siquiera sería una sociedad menos superficial. Buen artículo.

    Saludos.

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  2. un concepto que deberia ser uniforme y genralizado, entendido por todos igual, por desgracia no lo es..mas en cada uno esta la prudencia y el saber dar sin esperar nucna nada. suena tan facil y pocos se animan a hacerlo.


    muy bonito post.

    saludos!


    pd.

    a Fito si lo conozco y me gusta!.. jeje esta esta buena.

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  3. Cuando uno reconoce el AMOR que habita dentro...Nuestro SER manifestándose... antes, a través y más allá de nuestro yo...cuando empezamos a SER ESE AMOR innato, gratuito... vemos a los demás cercanos...en esa unión interna vamos experimentando la unión con las demás criaturas...con toda la creación.

    Y es entonces...cuando ante cualquier ser...persona, animal...planta... nuestro corazón que está abierto...conecta con el suyo y contacta con ESE AMOR...SU AMOR...NUESTRO AMOR.


    Gracias por tu post...


    Un Buen Abrazo...

    Carmen

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  4. No había relacionado nunca el sufrimiento con la 'no expresión' de la bondad. Es cierto.

    Gracias por compartir y un abrazo.

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  5. Apuesto por practicar la bondad; hacemos bien y nos hace sentir muy bien.
    Un abrazo
    Gloria

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  6. Querida amiga.

    Ah! Piero Ferruccci, lo conocí a raíz de su maestro Roberto Assagioli, de quien soy ferviente admirador y promotor, si me lo permites, en distintas ocasiones he hablado de él en mi sblogs.

    Magnifica selección de sus enseñanzas, gracias por traerlo aquí.

    Namasté.

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  7. Estimada Silenciosa - mente: En esta ocasión te visito para solicitarte tengas a bien leer último post en La Cala exclusivamente por tratarse de una situación que nos atañe a todos/as los internautas y porque es una realidad que se nos viene encima y es positivo que aunemos criterios en torno a ello.

    Igualmente si puedes y quieres transmitir esta información a tu red sería muy provechoso.

    De antemano, gracias.
    Un abrazo fraterno!

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  8. Una vez pensé, que en vez de dar premios a personas de las que no se conoce "el interior", y cuyas vidas privadas y espiritus, hablan en contra de las bonitas palabras que predican había que empezar a premiar a aquellos heroes que cada día hacen posible que haya mucho menos sufrimiento en el mundo, en silencio. Pueden entregar amor con sus acciones a un grupo, o lo pueden hacer por otro ser humano. Pero algo les caracteriza: No piden nada a cambio. Tampoco lo necesitan. De hecho no necesitan el premio tampoco. Pero son los únicos que se lo merecerían. Porque la bondad florece en ellos con la misma naturalidad que respiramos aire. Y porque gracias a ese trabajo, diario, constante, en silencio de bondad-amor, es por lo que podemos disfrutar en nuestro mundo terrenal de espacios de humanidad. Preciosa la entrada:)
    Flor

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  9. Gracias Flor, exactamente de lo que hablás quise transmitir en el post "belleza y solidaridad", pero creo que no resonó en nadie o quizás no lo supe decir tan claramente como tú.
    Un abrazo.
    Mónica.

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  10. Interesante tu blog. Lindas reflexiones. Te dejo un abrazo!

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  11. Hola Silenciosa´mente, me ha encantado esta entrada, preciosa y muy profunda.
    Cambia todo cambia, que bonita, te suena.
    Feliz fin de semana.

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