"No existe ninguna fórmula ni método secreto. Se aprende a base de amar: prestando atención, y haciendo lo que se descubre que hay que hacer"
Aldous Huxley

sábado, 13 de febrero de 2010

Marosa di Giorgio


Tengo un afecto especial por tres poetas uruguayas: Delmira Agustini, Idea Vilariño y particularmente por Marosa di Giorgio.
Un ser casi irreal. La veía a veces en alguna obra de teatro, o en su querido “Café Sorocabana”, mítico lugar de Montevideo ya desaparecido, donde se reunían los artistas.
Era absolutamente extravagante para vestirse, con su cabellera abundante de fuego, muy maquillada, con grandes collares y pulseras. Inconfundible para los que la reconocíamos y llamativa para los que la miraban sin conocerla.
Caminaba como ida, supongo que absorta en su mundo exuberante de magia y sensualidad.
Creció en el campo, deslumbrada por las flores, los frutos y los animales, prefería aislarse, y ese ambiente propició el desarrollo de su portentosa imaginación.
En sus poemas Marosa, recrea y transforma la realidad cotidiana en un mundo recargado, a veces asfixiante, deslumbrante y onírico.
Aunque parecía inaccesible por su timidez, nunca se casó ni tuvo hijos, dicen que tenía un alma de niña.
Cuando falleció en 2004, sus restos fueron trasladados a su lugar natal, Salto, donde ya sabiendo que no volvería en su cuerpo físico dijo que lo haría convertida en mariposa.
Les regalo algo de su poesia, que la disfruten:


“A veces, cuando el verano se volvía demasiado intenso, era todavía una niña, en la edad del huerto, armábamos los lechos, fuera; entonces, todo parecía tan extraño. Mis familiares volaban un poco; pero, luego, se adormecían; yo quedaba escudriñando el cielo; por entre las estrellas, las antiguas naves seguían su lid. O me sobresaltaba el galope de un caballo a lo lejos, muy a lo lejos, el ladrido de los perros, en un lugar sin nombre, su eterno canto. Y estaban la hierba salvaje, el orégano, la violeta, la gallina blanca que pone un huevo negro, tal vez, desde allí ¿quizá? saldría un perrito, una criatura humana; un viejo pariente podría resucitar de allí. Pero, más allá del hechizo familiar, todo se cumplía otra vez, la noche era infinita y azul y las naves partían. A la guerra de Troya.”


“El zapallo estaba allá, pesado, quieto. Parecía una luna antigua y perfumada. El mismo de cien años antes y el nacido ayer. Las luciérnagas, rompían a cada segundo el aire inmortal. Salía humo de las dos casas. De la de él, con picos rojos; de la mía, con torres negras. Era la hora de los panes y de la lámpara. A veces, nos huíamos de nuestros padres, él y yo, y tomados de las manos íbamos al través del aire oscuro hacia el pie del huerto, a besarnos levemente, arriba de los labios. El zapallo estaba allí, dormido a todo; pero, al vernos, daba un salto”.


”Mi alma es una gasa inmensa, livianísima; está por todo; es una mariposa espesa, cuyas firmes piernas de hilo asen lo que fue o es de mi. Y para siempre. Tiene apretados los vestidos antiguos, las trenzas, las caravanas en forma de trébol; y lo de ahora, dijes, figuritas de vidrio o porcelana, que me rodean. No quiebra nada. Mi alma va a la chacra y trae cosas, visita la bodega, el altar, la cocina, la casa, y trae cosas, tinajas, pomelos, zapallos y demás, y los vende por el camino en los días de necesidad, y me trae los resultados. ¡Cómo? Ella, tan leve y tan magna! ¿Cómo?, si ya voló hace tiempo, la chacra, si no hay nadie, nada sólo un vacío campo con matas de frambuesas salvajes. Pero ella va y me trae cosas. En esta noche de asiduos relámpagos y tormentas ocupa un pequeño sitio, parece un tul arrollado. Veo a mi alma. En la onda oscuridad están sus ojos brillantes, fijos, celestes, de muñeca.”



“A veces, en la madrugada, llovía dulcemente, y parecía que un enjambre caía del cielo, que los muertos volvían a la vida, que todo estaba bien. Yo me asomaba a la ventana, y a la media luz, ya todas las hojas eran granates y amarillas, livianas y fragantes; como uvas o amapolas. Y entre los grandes árboles, los monjes en sus casetas, pequeñas, entre las ramas. El nuestro salía a mirar la lluvia, los relámpagos, anotar en su Cuaderno del Tiempo, el monje de astas larguísimas y sedosa pelambre.”

10 comentarios:

  1. preciso!!! gracias por regalarnos sus`poemas y por darnos a conocer un poco de ella,
    si la conocias va unido para tí su recuerdo real como era ella en su vida

    Te deseo un feliz dia , tambien para tí , lleno de buenos momentos

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  2. Me a encantado leerla, agradezco el que la hayas dado a conocer a través de su relato-poesía. Tenía un alma de niña, es de esas personas que son únicas, ensimismadas, brillante, por lo que has descrito, un abrazo.

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  3. La he disfrutado mucho!!!.. me identifico con ella porque a mí me fascina …me hechizan esas pequeñas cosas que me rodean y como una niña me asombra su belleza y trato de contagiar lo que mi corazón ve a través de la palabra… muchas veces es imposible describir la belleza de la naturaleza o de almas que provocan en nosotros sentimientos…la tomare para indagar mas sobre ella gracias por presentármela ..te dejo besos y mi cariño siempre

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  4. Amo a Marosa, la llevé con una gente a Buenos Aires poco antes de morir. Amo a Idea, tambien.
    Lindo tu blog,

    beso de una argentina que va y viene a MVD muy a menudo.

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  5. Lamento llegar tarde a este festín de palabras, pero he tenido que esperar a tener un huequito para leer estas maravillosas poesías.

    Gracias por compartir.

    Un abrazo.

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  6. Disculpen que no he tenido tiempo de contestar.
    Arianna y Kathy, gracias por sus comentarios y que bueno que les haya gustado Marosa.
    Gracias por tus palabras emeygriega y bienvenida al blog.
    Xiomara, sabía que te gustaría ella, tiene un lado sumamente oscuro su poesia que yo no coloqué pero que también es buenísimo.
    Buscador, tu nunca llegas tarde, lo importante es que estés.
    Un abrazo a todos.
    Mónica.

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  7. Hola Mónica!! enesta tranquilidad he disfrutado la belleza pura de esta maravillosa mujer. Disculpa mi ignorancia, no la conocía...sin embargo me identifico, como varias que te han comentado, con parte de ese sueño...y siento que "nuestra esencia pura de niña" es lo que no ha unido y re-encontrado ensus letras...

    Me encanta venir por aquí...

    Bellos días para ti..;-)

    Ali

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  8. Gracias Ali, me encanta que pases por aquí :)
    Besos.
    Mónica.

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  9. Hola:

    Gracias por esta entrada, por un momento compartimos la poesía de esa mujer con tanta sensibilidad y magia.

    Un abrazo.

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  10. gracias por compartir a Marosa, la admiro, estoy cruzando el río pero estoy alli

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